miércoles, 2 de julio de 2008

INGRID BETANCOURT: EJEMPLO DE RESISTENCIA

Escribo emocionada. En un momento que me dejó sin palabras pero me llenó de felicidad. El vínculo que nos une se resume en el amor por la libertad y la justicia en nuestros pueblos. Probablemente las próximas líneas no busquen explicar nada de lo que pasó con ella porque justo ahora no me interesa si fue liberada o rescatada. Está Viva! Luce sana y sus primeras palabras demostraron más coherencia y valentía de la que quizá cualquier otro que hubiese vivido en esas condiciones jamás podría mencionar... Bienvenida de nuevo Ingrid Betancourt.

Cuando las posibilidades parecían casi nulas, para mí un tanto inexistentes, te encuentras de vuelta. Te miro y no lo creo. Pensé que te habías marchado hace unos meses cuando los medios mostraron una imagen débil, triste y resignada de tu cuerpo y en una de tus cartas que le escribiste a tu mamá, le decías que estabas lista para marcharte porque no querías seguir sufriendo y cuánto sufriste allá Ingrid... me imagino.

En palabras sencillas, sufriste porque tienes un espíritu libre, sé que amas la libertad como un montón de gente buena que conozco. Sé que sufriste porque al tenerte en cautiverio esos largos y dolorosos años te quitaron la posibilidad de compartir con tus hijos, con la gente que amas, en los lugares que tú misma decidieras. Pero, hoy te ví y tus ojos brillaban y decían a gritos la palabra LIBERTAD.

En ese primer abrazo después de tanto tiempo ví amor, ganas de recuperar esos años que te fueron arrebatados; porque definitivamente nos diste una lección de vida... nos enseñaste que por ejemplo, cualquier dificultad por la que nos encontremos puede ser superada, que sí hay motivos para vivir aunque las condiciones sean adversas, que la dignidad y valentía son virtudes peligrosas pero, que merece la pena tener; nos enseñaste que el amor que le tenemos a la patria es lo que la hace grande, nos demostraste Ingrid, que la mujer es un ser único y fuerte y tú, eres ejemplo de resistencia y coraje, además le dijiste al mundo que Dios es el motor de cada ser humano que cree en su existencia.

Hoy, representas el milagro y la nobleza pues, de tus labios no salió una mala palabra en contra de quienes pusieron en pausa tu vida, al contrario, pediste que no los asesinaran porque ellos no tenían la culpa de la operación que te trajo de vuelta, sigues enseñándonos Ingrid. Hay cientos de hombres que han ido a combate y mueren peleando, abandonan o peor aún, no saben por qué están luchando. Hay otros que quieren dividir a los pueblos hermanos y que apoyan el método del terror y la violencia, sin embargo, nada de eso funciona porque mientras respire alguien que crea en la Paz y en la Libertad... todavía hay esperanza.

Por otra parte, esas palabras que cambiaron tu vida, tu destino... "Somos el Ejército Nacional, están en libertad" queremos que se repitan a los centenares de personas que permanecen en esas montañas colombianas luchando como guerreros para regresar a casa. Estoy segura de que además de tu fiel y pesado compañero de viaje de los últimos días, el diccionario, tienes en tu bolso seis años de una vida diferente, llenos de dolor y soledad física, llenos de recuerdos quizá no tan gratos en su mayoría pero, seguramente está cargado también de fuerza para seguir luchando por tu país, por aquellos que quieren vivir lo que estás disfrutando desde hace unas horas. Que la bendición y el milagro se extienda a todos los que aún siguen en manos de seres inescrupulosos que usan la violencia como forma de vida y a tí Ingrid... Gracias por la lección!

Bienvenida a la vida por segunda vez...

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